Consejos para duchar a una persona mayor

Artículo realizado por el Equipo de TKE Home Solutions

La higiene es fundamental para prevenir enfermedades y por eso es muy importante el aseo diario a cualquier edad. Si quieres saber cómo duchar a una persona mayor o dependiente, a continuación, te damos una serie de pautas con las que te será más fácil ayudarles.

El aseo es imprescindible para la convivencia entre las personas y contribuye a mejorar la calidad de vida y las relaciones sociales. Se trata de una actividad que desde el momento en el que somos autónomos pertenece al ámbito privado. Por tanto, lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de ayudar a bañar a una persona mayor es que el hecho en si de entrometernos en un terreno privado puede ocasionarle cierta frustración y pudor. Por ello, debemos crear un espacio privado y cómodo en el que se sienta a gusto y en el que nosotros interfiramos sólo en la medida de lo necesario según las circunstancias.

En segundo lugar, una cuestión de orden, debemos tenerlo todo a mano antes de empezar para facilitar al mayor su tarea y evitar dejarlo sin supervisión. No sólo los productos de aseo necesarios para lavar y secar, también la ropa de cambio y por supuesto cualquier accesorio adicional como taburetes de ducha. Una vez en la ducha, es importante que todo lo que el anciano pueda hacer por él mismo no se lo hagamos nosotros para que de este modo mantenga su independencia y su autoestima.

Por último, debemos mantener la concentración y la calma. Si logramos crear un ambiente seguro y de confianza haremos del aseo diario un momento agradable para ambos, creando una rutina beneficiosa no solo para la salud física, si no también para la salud mental del anciano.

El principal consejo para seguir es extremar el cuidado y prestar plena atención en el momento de llevar a cabo el aseo que puede ser diario o no según el tipo de piel. Cuando la piel es muy seca la ducha puede realizarse en días alternos, pero el aseo de cara, manos, dientes, pelo, etc debe realizarse a diario.

Además, el aseo en la ducha significa que la persona a la que ayudamos tiene cierto grado de independencia y nosotros sólo somos un apoyo para evitar caídas y asistir en tareas auxiliares como puede ser lavar la espalda, untar crema, secar el pelo, etc.

Lo principal es que el aseo sea algo agradable para todos los implicados en la tarea, ya que ocuparse de la higiene personal favorece la autonomía y proporciona autoestima en el día a día. Solos o con ayuda, toda las personas, mayores y jóvenes, deben estar atentas a su higiene personal por su salud y el bienestar de toda la familia.

Algunas pautas que podemos tener en cuenta a la hora del aseo son:

Programarlo como una tarea rutinaria periódica
Tener a mano todo lo necesario antes de empezar. Tanto los productos de aseo, como la ropa de cambio y cualquier útil necesario de apoyo como sillas para duchas
Realizar una higiene completa
Supervisar la temperatura del agua y del cuarto de aseo
Usar un jabón adecuado al tipo de piel
Usar esponjas suaves para no irritar la piel
Usar jabón específico para cada zona del cuerpo
Revisar la higiene de fosas nasales y oídos
Lavar el pelo una vez a la semana
No apurar el afeitado en caso de los hombres
Usar métodos depilatorios poco agresivos como la crema en lugar de cuchillas o cera para evitar heridas
Secar el cuerpo sin frotar, aplicando toquecitos suaves para evitar hongos a causa de la humedad
Aprovechar la aplicación de crema hidratante para revisar cambios en la piel (manchas, heridas, lunares, etc)
Revisar la manicura y pedicura
No aplicar colonia directamente en la piel para no resecarla